El virus debe su nombre al río donde fue identificado por primera vez en 1976, cuando se produjeron dos brotes simultáneos: uno en Yambuku, aldea próxima al río Ebola, en la República Democrática del Congo, y la otra en una región remota de Sudán.

El brote de La enfermedad en la República Democrática del Congo cumplió un año y fue declarada la emergencia de salud pública de interés internacional por parte de la Organización Mundial de la Salud. El organismo alertó sobre el riesgo que representa para todo el mundo, y la información es la principal herramienta para hacer frente al virus.

De acuerdo a la OMS, una “Emergencia de Salud Pública de Interés Internacional” se define como “un evento extraordinario que se determina que constituye un riesgo de salud pública para otros Estados a través de la propagación internacional de enfermedades y que posiblemente requiera una respuesta internacional coordinada”. Ese riesgo ya se hizo presente en la República Democrática del Congo y amenaza a naciones vecinas como Ruanda.

Si bien el virus mira de frente a millones de africanos, la posibilidad de una propagación y la propia magnitud de la epidemia en RDC requieren de un accionar conjunto a nivel internacional.

El ébola es mundialmente reconocido como una amenaza mortal, pero a la hora de enfrentarse a los peligros reales que representa y cuando debemos tomar acciones para hacerle frente, surgen una serie de preguntas:

¿Cuál es la enfermedad provocada por el virus del ébola?

Según la Organización Mundial de la Salud, la enfermedad por el virus del ébola, antes llamada “fiebre hemorrágica del ébola”, es una enfermedad grave, frecuentemente fatal, causada por el virus del ébola, que integra la familia de los filovirus (virus en forma de hilo).

El ser humano no es un portador natural de este virus, sino que le fue transmitido por animales salvajes como monos y murciélagos. De hecho, si bien se desconoce todavía el origen del virus, pruebas actuales indican que murciélagos frugívoros pueden ser los huéspedes originales.

¿Cómo se contagia el virus del ébola?

El organismo de la salud para Naciones Unidas señala que el contagio se produce a través del contacto con animales o con las secreciones corporales de personas infectadas. “La mayoría de los casos son provocados por la transmisión de una persona a otra, que se produce cuando sangre u otros fluidos o secreciones corporales (heces, orina, saliva, semen) de personas infectadas ingresan en el cuerpo de una persona sana a través de soluciones de continuidad de la piel o de membranas mucosas”, apunta el ente de la ONU.

Además, la infección puede producirse también si “la piel o las membranas mucosas de una persona sana entran en contacto con objetos o ambientes contaminados con fluidos corporales de una persona infectada: prendas de vestir, ropa de cama, guantes o equipo de protección sucios, y desechos médicos tales como jeringas hipodérmicas usadas”.

Si la otra persona no presenta síntomas, el nivel de contagio es prácticamente nulo. Aunque si no se detecta a tiempo y no se trata adecuadamente, la tasa de mortalidad es muy alta y la muerte llega en pocos días.

¿Qué efectos provoca el virus del ébola?

El ébola destruye en muy poco tiempo el sistema inmunológico del enfermo. Una vez infectado, el virus se multiplica y va atacando los órganos. “Toda la parte muscular es lo primero que se ve afectado”, explica a la agencia de noticias EFE Luis Encinas, experto en ébola de Médicos Sin Fronteras (MSF). “Si lo comparas con una gripe común, la tasa de contagio es muy inferior, pero el riesgo de muerte es mucho más alto”, asegura la coordinadora para el ébola de la Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR), Nicole Fassina.

Si bien cada paciente suele presentar síntomas diferentes, hay factores comunes a todos los casos: “Una fiebre alta en casi el 90 por ciento de los casos, dolores de cabeza muy importantes y dolor de espalda, muscular”, afirma el experto de MSF.

¿Cómo es el tratamiento contra el virus del ébola?

Los pacientes deben ser aislados y tratados por profesionales que utilizan trajes de protección, los ya característicos trajes amarillos. Los tratamientos continúan siendo experimentales y solo un tipo de vacuna se está usando actualmente para prevenir este brote en República Democrática del Congo, con una tasa de efectividad del 97 por ciento, según la OMS.

Esa vacuna, que permite crear anticuerpos, ayuda a los contagiados en su primera fase, pero la única cura sigue siendo “proteger a la gente, ir a un centro terapéutico en las primeras horas de los primeros síntomas cuando has tenido contacto con un paciente de ébola y tener un tratamiento”, aconseja Encinas.

Una particularidad del virus es que sigue propagándose incluso una vez fallecido el paciente. Los niveles de virus siguen siendo altos después del deceso y los cadáveres que deja la enfermedad solo deben ser manipulados por personas que vistan equipo de protección personal adecuado y deben ser sepultados de inmediato.

¿Puede prevenirse el ébola?

La OMS aconseja en su página web que “las personas pueden protegerse de la infección por el virus del ébola adoptando medidas específicas de prevención y control de la infección. Esas medidas consisten, entre otras cosas, en lavarse las manos, evitar el contacto con los fluidos corporales de personas que se sospeche o se haya confirmado que tienen la enfermedad, y abstenerse de manipular o preparar cadáveres de personas de las que se sospeche o se haya confirmado que han fallecido a causa de dicha enfermedad”.

República Democrática del Congo y su historial de ébola

En toda su historia, el país ha padecido diez de brotes. El actual fue declarado solo una semana después de que el Gobierno de la RDC anunciara el fin de una epidemia anterior en la provincia de Ecuador, en el noroeste del país, que duró tres meses y dejó cerca de 30 fallecidos en 54 casos.

A pesar de que el Ministerio de Sanidad declaró oficialmente el brote el 1 de agosto del año pasado, los primeros casos podrían remontarse hasta mayo, cuando los medios locales hablaban de pacientes con una “enfermedad desconocida” que al principio pensaban que era “cosa de brujería”.

El peor de los brotes de ébola a nivel mundial fue declarado en marzo de 2014 en Guinea-Conakri -con casos que se remontan a diciembre de 2013-, país desde el que se extendió con virulencia a Sierra Leona y Liberia; con un registro de más de 11.300 muertes y 28.500 contagios, según cifras de la OMS.

 

Por Santiago Aristia

Fuente: france24.com