La firma reorganizó las áreas de gestión para que seis ejecutivos le respondan directamente a su presidente, Miguel Gutiérrez. La acción cayó 2% en el Merval
El CEO de YPF, Ricardo Darré, presentó ayer la renuncia a su cargo por «motivos personales», según comunicó oficialmente la empresa, que organizó un comité ejecutivo de seis miembros para suplirlo.
Darré reemplazó a Miguel Galuccio y estuvo casi un año y medio en su cargo, después de llegar desde la petrolera francesa Total. Se va con el gusto amargo de que el balance 2016 fue el primero en veinte años en el que YPF presentó pérdidas ($ 28.379 millones), relacionado a la deuda que tomó su antecesor. Su salida, además, ocurrió en medio de la negociación en la que YPF se debe desprender de la distribuidora Metrogas, que controla con el 70% de las acciones.
La petrolera estatal informó que decidió reorganizar su equipo de gestión «para impulsar su expansión y transformación». Así, se creó un comité ejecutivo que será el máximo órgano de gestión y dependerá directamente del presidente, Miguel Gutiérrez, y una vicepresidencia ejecutiva de Operaciones y Transformación.
El comité estará integrado por tres profesionales del área de negocios y tres del sector corporativo. En éste ultimo grupo están el CFO, Daniel González; el vicepresidente de Asuntos Corporativos, Comunicaciones y Marketing, Sebastián Mocorrea, y el ahora ex vicepresidente del Downstream, Carlos Alfonsi, que quedará a cargo del área de Transformación y Operaciones, a la que pasarán a reportar las funciones de Supply Chain, Medio Ambiente y Seguridad, Recursos Humanos y Tecnología (CTO). Por el lado de los negocios, Santiago Martínez Tanoira dejó el upstream para reemplazar a Alfonsi en el downstream; Pablo Bizzotto asume en upstream y Marcos Browne mantiene su vicepresidencia en Gas y Energía, un área en la que se pretenden ampliar (o vender lo más caro posible) negocios como el de la generación de electricidad.
El comunicado oficial de la compañía destaca que Darré impulsó «una serie de medidas que le permitieron adecuar la estructura al nuevo contexto -de bajos precios-, tanto nacional como internacional, en la búsqueda de la eficiencia y la competitividad». Ahí se engloban las adendas laborales en las provincias de Neuquén y de Chubut; el acuerdo concretado la semana pasada con la gobernadora de Santa Cruz, Alicia Kirchner, que rebajó las regalías del 12 al 5%; y la baja de costos en el desarrollo de la formación de Vaca Muerta. La mayor empresa del país también exhibe como un éxito los acuerdos con operadores privados de talla global, el último de ellos firmado con la noruega Statoil en los últimos días de la semana anterior.
Hay, sin embargo, analistas que juzgan aún escasas las inversiones y limitados los pozos perforados, al comparar los anuncios y los hechos con las expectativas, afectadas también en el declinante sector de hidrocarburos convencionales.
Otros retos por delante pasan por la optimización técnica y financiera para seguir mejorando resultados e invertir unos u$s 4000 millones en 2018, un poco más que este año.
En la agenda de cortísimo plazo figuran, entre otros temas relevantes, el desarrollo de energías renovables (eólicas); el alineamiento del precio del barril petrolero a la cotización global; la venta de la participación en Metrogas; el desarrollo de baterías de litio; y la expansión de la infraestructura para recarga de los autos eléctricos.
El presidente Miguel Gutiérrez encabezará, adicionalmente, el nuevo comité de Estrategia y Transformación a nivel del directorio, que integrarán las autoridades de los otros comités y el director titular por la clase A, el ex secretario de Energía Emilio Apud, mientras otro director, Daniel Kokogian, liderará a su vez un Comité de Asesoramiento de Geociencias que formulará recomendaciones al grupo ejecutivo.
La acción de YPF en la Bolsa de Buenos Aires cayó un 2,18% hasta los $ 355, mientras que en el mercado de Nueva York sufrió una baja de 1,19% y cerró a u$s 20,69. Aún con altibajos, la acción se encuentra en un período de recuperación desde el año pasado, el peor desde que fue reestatizada por la entonces presidente Cristina Fernández de Kirchner en 2012.